El testamento es el acto mediante el cual una persona decide libremente el destino de sus bienes y su patrimonio después de su fallecimiento. Para que el testamento sea válido deberá cumplir con la forma y los requisitos que establece la ley.
En nuestro ordenamiento jurídico nos encontramos con dos categorías, los testamentos comunes (testamento ológrafo, testamento abierto y testamento cerrado) y los testamentos especiales (testamento militar, testamento marítimo y testamento extranjero).
El testamento ológrafo está escrito de puño y letra del testador, que tiene que ser mayor de edad y firmar el documento indicando el día, el mes y el año en el que lo otorga. Este testamento solo será válido si se presenta, dentro del plazo de 5 años desde el fallecimiento de la persona que lo otorgó, ante el juez de primera instancia del domicilio del testador.
El testamento abierto se otorga de forma oral delante de un notario, quien redactará el documento que exprese la voluntad del testador y lo conservará hasta que éste fallezca.
El testamento cerrado es aquel que redacta el testador sin revelar su última voluntad, entregando el documento al notario en un sobre o envoltorio cerrado, para que lo abra después de su fallecimiento.
El testamento militar es aquel que pueden otorgar militares o personal al servicio del ejército en tiempo de guerra.
El testamento extranjero se otorga por un ciudadano español en el extranjero, sujetándose a las normas del país en el que se halle.
El testamento marítimo se otorga por el testador que va en una nave durante un viaje por mar.
El testamento se puede modificar o revocar todas las veces que la voluntad del testador cambie, siendo válido únicamente el último testamento otorgado.
"Es muy recomendable realizar testamento ya que de no hacerlo la herencia pasará a ser intestada, es decir se regirá por lo establecido en la ley, hecho que supondrá que la tramitación del procedimiento sea más complicada y desaparecerá la posibilidad de optimizar el coste fiscal."